martes, 12 de enero de 2010

Restos

Ante la imposibilidad de conseguir nada de lo que en él me propongo, he decidido retirarme del mundo de las emociones.

Mi corazón se vacía.

Pretendo introducirme bajo la piel de la decadencia. Dejarme vagar por el camino que marcan las hileras de fino polvo blanco. Doblar las córneas hacia arriba y mostrar la desolación de mi ausencia como reflejo de una mirada invertida. Pretendo morir en este mundo antes de morri en tdos y vivir en cualquier otro hecho de cristales. Pretendo de mi alma ser vendida a precio infame a algún despreciable postor desprovisto de ella, y pretendo del ya-solo-músculo-que-propulsa-mi-sangre ser olvidado junto a otras piezas inservibles de casquería en algún pútrido y maloliente local ya olvidado hasta por sus antiguos clientes.

Mi mente, mi cuerpo, m alma, yacen rotos y desperdigados en un desguace metafísico. El interior de mis párpados está seco. Mis huesos, rotos, y mi memoria, quebrada, destrozada en un millón de fragmentos que ya no se podrán reunir para volver a dar lugar a un espacio lúcido.

1 comentario:

  1. Es más fácil retirarse que luchar por lo que se quiere, aunque el dolor sea el mismo, pero al menos tenemos la satisfacción de que hemos luchado y no hemos abandonado todo... Incluso nuestra propia existencia

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