martes, 18 de mayo de 2010

Es absurdo

Es absurdo que mis lágrimas vuelen hasta el destino de tus ojos
El beso es una eternidad efímera
Y las olas callan más que un dedo posándose sobre tus labios

Hace tiempo que el norte dejó de ser un punto cardinal
Para multiplicarse en cualquier lugar
Y desvanecerse en ningún sitio

Este aire turbio susurra en mi oído una canción agridulce
El cielo rosado desfila por mi mente tras los párpados que cierran mis ojos
Y los picos helados de las montañas taladran las plantas de mis pies

Dime algo hermoso
(aunque sea una boca cerrada que proyecta un silencio sobre mi piel)
Dime algo hermoso
(aunque evoque un adiós brillante y nacarado)

Dejar que el ritmo del agua inunde los latidos del corazón
Que la sal penetre en la garganta e impregne las palabras pronunciadas a media voz
Que el viento dibuje sueños en la arena fresca
Que la luz crepuscular se solidifique en suaves columnas doradas a nuestro alrededor

El calor huye
Y el frío nos pertenece
Pero el hielo siempre será de otros.

Creación

Habla mi serenidad
El fantasma azul de aquellos mediodías acuosos cubre mi silencio
Los velos translúcidos cimbrean al son marcado por la luz que los atraviesa
Y del vientre de aquella dibujante joven y ciega nace el amor a la creación.

La distancia al dolor es un grado emocional gélido o ardiente.

El espíritu

Me crucé con un espíritu en el camino a la nada
Me dijo que mis ojos sangraban
Y rompí una rama de abeto sobre mi pecho

Las huellas del espíritu se hundieron sobre mi cabeza
Y en mi boca vomitó sus recuerdos
Que flotan pesados sobre la sangre descolorida que conducen las arterias

Su boca es de aire
Su mirada, de horror
Sus brazos, de hielo
Y su corazón, de humo grisazulado

Su viento me rodea
Su frío me abraza
Y este tiempo inexistente consume mi aliento

Los ojos grises contemplan mi silueta
Desde las cuencas horadadas en el suelo vaporoso
Y trazan con líneas invisibles
El sendero vertical de un sueño incierto
De un tránsito difuso
Hacia los bastidores del silencio