martes, 29 de junio de 2010

Desconexiones inconexas

Uno
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Siempre voy con algo roto a cuestas. Las palabras que conozco se me hacen insuficientes y yo no hago otra cosa que volver a buscarlas en crucigramas llenos de previsibilidad.¿Cuantos cuadros hacen falta para completar un concepto indefinido? Me aferro a energías vibrantes como cables eléctricos desnudos bajo la tormenta salvaje. Ahora todo es azul y metálico.


Dos
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Tus palabras me dijeron que eran como cicatrices abiertas y tus ojos me miraron con tanta verdad como mis entrañas hablan a mi corazón. Nada será nunca completo, como la tableta de pastillas sin terminar o el vértigo, que es el pánico de una caída sin el dolor del impacto.


Tres
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La luna ha cambiado; esta noche me dedicaré a realizar los mismos viajes de siempre por rutas cada vez diferentes; a seguir sin perseguir al que vaga sin rumbo, perdido, sin objetivo pero con el objeto de correr impulsado por el irresistible instinto primario de la huida; las risas parecen muecas absurdas en los labios mal pintados y los dientes manchados de carmín. Las botas forradas de pelo y las deportivas ligeras envuelven pies que caminan emancipados de las mentes que tratan de guiarles por un camino mil veces repetido.

Y si desaparezco..

Y si desaparezco
No pienses que fui con el viento
Que mis palabras eran intentos
Que desde el cielo no te contemplo

No vengas a buscarme
Con los brazos abiertos
No corras sin dirección
Por los caminos desiertos

No recuerdes mi nombre
No me encuentres en sueños
No te hundas en el pozo
Sin fondo de los recuerdos

Y si me voy de tu vida
Desaparezco de tu tiempo
No pienses que me escapé
No pienses que no te espero

Visiones

I

El ojo abierto y rodeado de pestañas flota en el cuenco que descansa sobre la barra de hielo atravesada por un gran mondadientes de madera. De ella surgen raíces que penetran en el mapa topográfico formando grandes rías. En el centro del mapa, sustentado por columnas que descansan sobre un libro cerrado, un gran cuchillo hurga en la herida que lo atraviesa de oeste a este. Todo el conjunto llena un gran plato redondo que nunca será servido en ninguna mesa.

II

La pala intenta clavarse sin éxito en la nube grisácea mientras el paraguas protege de una lluvia que no cae a la pareja que contempla el sol que brilla bajo la superficie del agua marina. Al fondo de la escena, una gran torre de extracción petrolífera proyecta sus líneas negras hacia lo alto como líquidos fuegos artificiales tintados por la noche cerrada.

III

De augustas cañerías caen las gotas de alquitrán que acompañan los pasos de la gran araña-mosquito. De su tronco emerge una enorme palmera que contemplan atónitos los maniquíes tras los escaparates que ocupan una de las paredes del gran bloque de hormigón. A su derecha, unas lentes solares sin brillo y sin emoción también observan la escena como el pescador que ve pasar el viento sin brisa del invierno.

Un aire azul

Un aire azul
Me trajo algo que no quise recordar
Un viento rojo
Me empujó a los brazos que asfixiaban
Un haz de luz púrpura
Congeló el fuego que amenazaba con reducir mi corazón a cenizas.

Un minuto de tiempo muerto
Me rescató del anonimato
Una caricia hermosa
Se llevó las lágrimas que alguna vez tuve
Una vieja carreta
Me permitía transportar, livianas
Toneladas de sentimientos

Un silencio lo arrasó todo.

Una canción me rescató del cielo.

Un bosque guardó y escondió mis pecados.

Una hoja de papel engulló mi confesión.

Un grito
¿Y para qué un grito?
Dio fin a todo

Un sueño
Como no podía ser de otro modo
Lo resucitó

Un aire azul
Un viento rojo
Un haz de luz
Un silencio roto
Un golpe amable
Y un beso severo

Algunos llegarán

Algunos llegarán
Olvidados
Al lugar que no recuerdan

Y unas manos que no conocen
No conseguirán perderlos
En los caminos borrados del bosque sin memoria.

Algunos llegarán
A un exhuberante desierto
Y beberán las arenas
Que inundarán su húmedo interior

Algunos trocearán el infinito
Y romperán sus límites
Recompondrán el universo
Y todo volverá a ser un sinsentido

Algunos harán que sueñan
Velarán a sus vivos
Romperán el ojo ciego
-que no les vigilaba-
Y mutarán sus oídos
En oxidadas piezas de relojería

El santo está inclinado
Sobre la incredulidad
Y las ruinas de los antiguos
Descansan en la incertidumbre

Hoy dormirás
Mañana quizá calles
El mundo vocifera
Que nadie tiene ganas de dormir

Qué sentido tiene

Qué sentido tiene
Que los perros muerdan en las noches sin luna
A los novios en su luna de miel

Qué sentido tiene
Que la miel en tu boca
Corrompa tus labios curvados hacia abajo

Qué sentido tiene
Que el honor sea un destino
Y la vida se diluya entre oportunidades perdidas

Dime qué sentido tiene
Que el reloj de la pared
Gire sin sentido una y otra vez

Luna

Aurora flota
en el umbral del horizonte
Soledad descansa
En un rincón ignoto
Remedios
Habla siempre de imposibles
Olvido
Cita poemas de memoria...

...y Luna alumbra a todos en sus quehaceres.